jueves, 2 de mayo de 2013

Dragon´s Dogma Dark Arisen- Novedades

Buenas amigos/as del mundo de Arisen. Hoy os voy a hablar un poco de las novedades de la expansion del juego y sus novedades mas caracteristicas. Además de los contenidos que incluye la entrega original, Dragon’s Dogma: Dark Arisen introduce la Isla Bitterblack. Un enorme reino subterráneo y una nueva línea argumental para que descubran los usuarios, Bitterblack Isle es un territorio maldito con nuevos y aterradores enemigos contra los que enfrentarse y tesoros increíbles que habrá que encontrar una vez nos embarquemos en esta maravillosa aventura. Viajar desde y hacia la Isla Bitterblack así como por todo el continente Gransys es ahora más accesible, mediante una mejora del sistema de viaje y la aparición de cristales de falla más frecuentes. Los jugadores podrán evolucionar sus personajes, gracias a la incorporación de nuevas habilidades de alto nivel y mejoras, así como más de 100 armas adicionales y packs de armaduras.

Capcom, últimamente en el punto de mira de los usuarios por sus más que controvertidas polémicas con los contenidos descargables y los extras de los que nutre a sus juegos, lanza esta semana Dragon’s Dogma: Dark Arisen. Una expansión enorme del Action RPG que apareció hace ahora un año en Xbox 360 y Playstation 3. Ampliar durante horas y horas la experiencia original con un nuevo escenario, más duro y difícil, y una gran cantidad de nuevos enemigos.
La Isla Bitterblack, la isla maldita en la que habita un poder mucho mayor de lo que uno puede pensarse en un primer momento. La experiencia definitiva de Dragon’s Dogma está en esta edición, que llega además a un precio reducido por debajo de los 30 euros. Dragon’s Dogma apareció a finales del mes de mayo del año pasado como una nueva propuesta en el formato de rol occidental, un género que está teniendo mucho protagonismo en la presente generación de consolas. De Oblivion a Skyrim, pasando por Dark Souls o Kingdoms of Amalur, este estilo de rol está triunfando por encima del clásico JRPG que tantas horas había dado en su época dorada. Entre todos ellos, una compañía japonesa ha sido la encargada de dar otra iteración dentro de este tipo de RPG con Dragon’s Dogma, un juego que ya en su momento no tenía sentido alguno que se comparara con otras propuestas. Naturalmente tiene influencias de muchos de los juegos ya citados (y de tantos otros) usando además una ambientación fantástica medieval que tiene mucho tirón. Pero lo dijimos en el review de hace un año y lo repetimos ahora: Dragon’s Dogma tiene su propia personalidad.
Uno de los peores enemigos que nos podemos encontrar en Dark Arisen. La combinación es temible. El juego de Capcom acabó siendo un título notable en términos generales, con algunos elementos realmente brillantes y bien ejecutados. Un Action RPG en el que debíamos recorrer un enorme mundo lleno de monstruos y enemigos de grandes dimensiones que nos darían más de un dolor de cabeza dada la elevada dificultad del título (algo que va yendo drásticamente menos cuando vamos ganando nivel y habilidades en el tramo final del juego). Una aventura pensada para jugarse en solitario, con la presencia de la fórmula de los peones -acompañantes con IA propia que son autónomos en sus acciones- y un sistema de combate que es de los más interesantes de cualquier Action RPG actual. La gran cantidad de problemas técnicos, ciertos desequilibrios en la jugabilidad y una falta de alma y empatía destacada en los personajes mermaron un título de lo más interesante. El original Dragon’s Dogma: Dark Arisen no es una expansión al uso ni tampoco una secuela del título original. Es una nueva versión del primer juego, que añade como principal novedad la nueva localización en la que se suceden los acontecimientos de Dark Arisen. Más allá de esto, que no es poca cosa como veremos más adelante, estamos ante el mismo título que apareció hace un año. Aunque lo mejor para estar al día de todos los detalles del juego es repasar el análisis que hicimos en Meristation en su momento, vamos a repasar los grandes rasgos que están presentes en Dragon’s Dogma y que se repiten en esta nueva entrega. En la pequeña aldea de Cassardís empieza la aventura del título de Capcom.
El mapeado que Capcom ofrece es extenso y está lleno de secretos: cuevas, fortalezas, llanuras… todo ello lleno de cofres y tesoros. Objetos curativos, que nos facilitan el movimiento por el mapeado; armaduras, nuevas armas, de todo. En total, un juego que puede superar tranquilamente las 25 horas y doblarlas si queremos recorrerlo absolutamente todo y acabar con cualquier monstruo que se nos cruce por el camino. A esta fórmula se le añade Dark Arisen, que no cambia el concepto de juego pero añade mucho más contenido.
La idea de Capcom es que por lo menos se tenga nivel 50 para acceder y poder superar los retos de esta zona, y la verdad es que la sensación que hay es que ni así será sencillo. Una vez allí, y a medida que vayamos avanzando, entenderemos que Olra necesita recuperar la memoria de quién era. Para hacerlo tenemos que adentrarnos en los laberintos de Bitterblack, lleno de monstruos, algún Arisen perdido y jefes finales realmente frustrantes. También tesoros y equipamiento, faltaría más.
Bitterblack es un escenario enorme y con muchas posibilidades. Los primeros minutos con esta nueva localización así lo atestiguan: diversos caminos que elegir, misiones secundarias que están en un tablón a las afueras de la isla con retos diversos (mejorar armas de una manera concreta, recuperar una serie de objetos desperdigados por el laberíntico escenario…) y un desafío importante a nivel jugable. Hay enemigos cada dos por tres, y muy a menudo nos encontraremos con grandes jefes de zona. La dificultad es bastante elevada, y lo más normal es que muramos diversas veces con muchos de los grandes monstruos que nos encontraremos. Incluso probando el modo fácil tendremos más de un dolor de cabeza con ciertas bestias. Con la extensión de terreno de la isla y el ensayo-error al que nos someterán los monstruos, unas quince horas pueden servir para terminar Bitterblack, aunque son muy relativas: habiendo escapado sin mirar atrás en algunos momentos y olvidándonos de muchos de los secretos que todavía aguardan en la expansión.
Tambien, como novedad, existen  una gran cantidad de nuevos objetos de todo tipo entre los que destacan nuevos y potentes anillos y los objetos malditos. Éstos objetos malditos son inútiles hasta que los purifiquemos (algo que la propia Olra puede hacer) y que nos ofrecen poderosos objetos y equipamiento.

Durante la beta preview que pudimos probar hace un mes ya comentamos la presencia de algunos enemigos duros de pelar. Dragones, leones con cabeza de gallo o un enorme ojo acorazado nos dieron la bienvenida. Un primer contacto que tiene su dificultad hasta que damos con la fórmula para acabar con ellos pero que es un paseo si lo comparamos con los enemigos que van apareciendo a medida que profundizamos en la isla. Lo dicen los carteles que aparecen en los tiempos de carga: como más entramos en el laberinto, más duros son los necrófagos que nos atacan. Y no solo en referencia a los jefes finales, que son seguramente los más poderosos de todos (cíclopes, dragones controlados por un necrófago hechicero, guardianes armados con hachas) sino también por la dureza de los enemigos rasos e intermedios.
No es raro encontrarse enemigos duros que nos den 8.000-10.000 puntos de experiencia por acabar con ellos de manera casi constante. Avanzar en Dark Arisen es complicado por la dificultad de los enemigos y sobre todo los jefes finales, pero no acaban ahí los problemas. Cuando pensamos que hemos limpiado una zona y queremos volverla a visitar al cabo de un tiempo para ir por caminos que dejamos a medias, es bueno saber que ahí tendremos enemigos más fuertes que los primeros. Los restos muertos de los monstruos abatidos llaman a otros monstruos carroñeros que atacan con fuerza. Desde lagartos gigantescos a grupos de orcos de tres metros de alto. O dragones. Esto hace que la experiencia sea todavía más desafiante si se quiere completar al 100%. Y que tengamos que ir con cuidado con las zonas que nos dejamos de visitar, porque más tarde a lo mejor es más complicado llegar a ellas.  Sufrimos al avanzar, pero es un contenido que vale mucho la pena: muchos tesoros y secretos nos esperan.
Con la expansión Dark Arisen también llega para el experto en Dragon’s Dogma un par de añadidos que ya se vieron en formato DLC. Son dos modalidades nuevas pensadas para los más atrevidos. Se trata del modo contrarreloj, que nos propone terminar el juego luchando contra el tiempo y haciendo el mejor registro posible y un modo difícil que añade todavía más reto a un juego que ya de por sí es exigente. No hay grandes novedades a nivel online, sistema que se basa en la compartición y gestión de peones. Por lo que los que esperaban una fórmula multijugador del título deberán seguir esperando. Además, esta versión permite también disfrutar de las voces japonesas. Destacar que Dark Arisen es una experiencia paralela a Dragons Dogma, con su propia trama y su propio final. Acabada podemos seguir con el juego original, dejar a medias Bitterblack y seguir con Dragon’s Dogma y luego volver, etc. Es una zona más que visitar cuando creamos conveniente, en definitiva. Destacar que aquellos que tengan el juego original pueden usar su partida guardada con este nuevo título, aunque eso sí la expansión no se puede comprar por separado.

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